lunes, 5 de octubre de 2020

A MIS AÑOS...


A MIS AÑOS...
Soy una dama que no envidia nada. 
No envidio la delgadez de una joven, porque lo fuí y a veces no me sentía felíz de ser así.
Ahora veo mis curvas y me encantan, porque sé que mi cuerpo tierno se transformó en una mujer. Madura sí, pero plena también, una mujer que disfruta ser amada, deseada, que no tiene complejos, ni prejuicios.A mis años, no deseo tener la piel lisa y sin estrías o lonjitas, porque, he dado vida, he aumentado de peso, he pasado por la dicha de ser madre, y he corrido el riesgo de dar a luz a un hijo.
He ganado batallas contra la muerte, y este cuerpo ha sido resistente, y le aplaudo su valentía, su bondad al hospedar en él, a los tesoros más valiosos de mi vida.
A mis años no envidio un rostro sin arrugas o terso, porque hoy han pasado los años, incontables desvelos, problemas, enfermedades, y tristezas.
A veces no he podido sonreír y otras he reído a carcajadas...
Y este rostro que ahora tiene marcas, son las huellas que ha dejado cada sonrisa, cada lágrima, cada enojo.
Cada día en la playa y cada invierno.
Estas huellas que representan momentos, instantes, anécdotas, vivencias, experiencias.
Quizá no sea tan impecable como a los 17, pero es hermoso a mis años,porque es mi vida que ha dejado líneas en mi rostro como recordatorio de que sigo viva...
A mis años, no necesito verme más joven, atraigo más miradas a ésta edad, elijo con claridad quién está en mi vida, y quien tiene que salir.
No tolero desaires, ni inseguridades.
No permito que me intoxiquen, ni que me manipulen.
A mis años, no celo, no reviso celulares, ni vigilo a nadie.
A esta edad, me gusta que me quieran, que me amen.
Y si ya no me quieren, tampoco quiero.
Y si no me aman, abro la puerta, a nadie ato, a nadie tengo a la fuerza.
A mis años, no estoy para mendigar, estoy para recibir a toneladas, a borbotones.
Estoy para vivir, no para sufrir.
A mis años, sé quiénes son mis amigas, y las cuento con los dedos, porque tengo pocas, pero son de poca...
Son mis confidentes y confío en ellas.
Y son únicas, porque yo sólo estoy con quien quiere estar conmigo.
Yo no reclamo ni exijo amistad.
Si alguien me falla, se va.
Y punto final.
Se perdonar, pero se alejarme también de quien me lastima.
A mis años, me visto a mi manera, me peino como quiera.
A veces puedo ser sexy, atrevida y otras tierna, femenina.
A veces soy elegante y otras solo pantalón, pants, salgo a la calle...
A veces no me peino en todo el día y la pijama permanece sin que me preocupe nada, porque a estas alturas no me afecta que dirán de mi, ni pretendo quedar bien con nadie.
Quien me ama, sabe que hoy puedo estar sin maquillaje, y me acepta así.
Y también sabe que puedo ir a la tienda despampanante simplemente porque me dió la gana verme así.
A mis años, no voy a cambiar por nadie.
Si me equivoco, asumo mis consecuencias
A mis años, no permito que nadie me juzgue.
Me permito cometer errores
Me castigo algunas veces,
Pero me aplaudo mil veces más.
A mis años, no necesito que nadie me reconozca.
Ni que vean mis logros.
Yo me abrazo, yo me felicito, yo me reprendo.
A mis años, sé confiar en Dios, porque he recorrido camino con el.
Lo he conocido y sé que no falla.
Se cuando quiere probarme y abrazarme.
Se caerme en sus brazos, y dejar que el actúe en mis perplejidades y dificultades.
Sé, que aunque soy una mujer, siempre seré la niña de sus ojos.
Y me rindo a sus pies.
A mis años...
No voy a lucir para otros.
No voy a dejar nada por nadie.
A mis años, soy libre.
Libre de pensamiento, de decisión.
Libre dentro de mis valores y principios.
A mis años, doy en abundancia amor, amistad y lealtad.
Si me corresponden soy felíz y si no, doy las gracias y adiós.
Y eso me hace inmensamente felíz.
A mis años, no molesten
Mujer siendo ella, no debe ser interrumpida.
Es un placer ser yo.
A mis años...
Para ti, mujer madura.

Corazoncitos.

Corazoncitos.